ARTÍCULO

3 lecciones para mejorar que aprendí de un experto en Kata

En setiembre pasado participé en el Agile Open Camp (AOC) en Colombia, una experiencia con sensaciones sin iguales que describo en esta otra entrada del blog.

Unos meses antes había conocido en su país, durante el Scrum Day Perú a Hiroshi Hiromoto (Hiro), en una conversación de pasillo hablamos un poco de Kata de mejora en general, justo después de su workshop acerca del tema. Casualmente, nos correspondió compartir habitación durante el AOC, y ahí empieza el aprendizaje.

En setiembre pasado participé en el Agile Open Camp (AOC) en Colombia, una experiencia con sensaciones sin iguales que describo en esta otra entrada del blog.

Unos meses antes había conocido en su país, durante el Scrum Day Perú a Hiroshi Hiromoto (Hiro), en una conversación de pasillo hablamos un poco de Kata de mejora en general, justo después de su workshop acerca del tema. Casualmente, nos correspondió compartir habitación durante el AOC, y ahí empieza el aprendizaje.

La sesión

Tienes alguna propuesta de sesión pensada para el Open Space, le pregunté a Hiro.

No sé aún, ¿y tú?, me la devolvió rápidamente.

Pensaba hablar de Kata de mejora…mientras en mi mente tenía la imagen del meme de la rana René diciendo, “a veces quiero hablar de Kata de mejora, luego veo que vino Hiro y se me pasa”.

Y de inmediato se fue la rana René y apareció el bombillo encima de mi cabeza: ¿Te gustaría hacer un workshop en conjunto?

Luego de rebotar ideas algunos minutos, teníamos el esqueleto de un workshop pensado y estábamos de acuerdo en hacer el experimento.

 Aquí tuve mi primer aprendizaje / validación:

1.     La apertura para colaborar debe estar por encima del conocimiento.

Hiro es un experto en el tema, lo domina con pasión, y encima de eso, no me había visto trabajar, no sabía que tanto sabía yo del tema, y aunque tenía algunas referencias mías y mis ideas de la sesión le hicieron ver que no era un novato en el tema, pudo haber elegido pasar y hacer su sesión del tema, o bien hacerse a un lado y dejarme a mí hacerla por mi lado. Escogió colaborar.

Tuvimos una buena sesión, me sentí muy cómodo y logramos aprender el uno del otro. Las personas que llegaron se engancharon y decidieron quedarse un poco más de tiempo para cerrar la actividad. El feedback fue positivo, y la apertura para colaborar estuvo por encima del conocimiento.

  Foto de rigor luego de la sesión
Foto de rigor luego de la sesión

La linga

La sesión fue en un pasillo, y mientras estábamos durante la misma, podíamos observar como algunas personas hacían equilibrio en una linga (slackline), y en el momento no le dí mucha importancia. Luego de la sesión, me sorprendió ver a Hiro haciendo fila para intentar hacer equilibrio.

Al llegar a la habitación, le pregunté con curiosidad sobre la experiencia. Su respuesta fue impactante.

  Hiro con Daniel, en pleno proceso de Kata sobre la linga
Hiro con Daniel, en pleno proceso de Kata sobre la linga

“Aprendí mucho de la experiencia, específicamente respecto a la forma en que se hace Kata de mejora, no creí que ese ejercicio me fuera a mostrar lo que pude ver”.

En ese momento solo me faltaban palomitas de maíz.

“Cuando me logré sostener sobre la linga, di tres pasos, e inmediatamente mi mente puso la meta en cruzar la linga, si di tres pasos en el primer intento, en unas cuantas iteraciones más la habré cruzado”.

Algo que además me llamó la atención dentro de sus consideraciones para pensar esto, fue la aseveración de que el estilo de mentoring Daniel Peralta (dueño de la linga y quién propuso el espacio para aprender a dominarla) era muy apropiado, con una técnica de acompañamiento muy particular y que te hacía realmente enfocarte en el ejercicio. 

“Para mi sorpresa, en el siguiente intento no logré tan siquiera poder mantenerme sobre la linga, no podía equilibrarme”.

“Hice varios intentos más y me empecé a frustrar de que lo que había logrado con facilidad a la primera, ya no podía repetirlo, y ni siquiera podía estar de pie encima de la linga.”

Y ahí vino el segundo aprendizaje para mí, cuando Hiro me compartió el suyo propio:

2.     Cuando el desafío es muy ambicioso, hay que enfocarse en el siguiente paso.

“De pronto me llegó de golpe, estaba enfocado en cruzar la linga y eso hacía que no pudiera enfocarme en el siguiente paso, estaba con un desafío muy amplio. Me dí cuenta que no tenía una siguiente condición objetivo, y que mi situación actual no la tenía clara”.

“Inmediatamente establecí como mi siguiente condición objetivo, poder estar equilibrado sobre la linga. De inmediato al subir pensando en eso, pude no solo equilibrarme, sino dar un paso.” 

“En ese momento lo vi clarísimo, era cuestión de poner una siguiente condición objetivo (3 pasos) y seguir iterando. ¿Quién iba a decir que para cruzar una linga había que hacer Kata de mejora?”.

Boom, bam, poom…mi cerebro estalló, como el emoji de Whatsapp.

El aterrizaje

“Podía seguir y lo hubiera logrado sin duda alguna, pero me retiré para documentar lo que aprendí y cómo aplicarlo en lo que enseño”.

Hiro lleva consigo siempre su libreta y su lapicero, “uno no sabe cuando le toca usarla, y me ha salvado en varias ocasiones”.

Me llamó la atención que antes de salir de la habitación, se cuestionó si llevar su libreta dentro de su bulto de Pokemon, y decidió llevarla diciendo la frase anterior.

Y este es mi tercer aprendizaje:

3.     Toma el espacio que requiere para reflexionar de lo que aprendiste, eso vale más que el mismo desafío.

Hiro tiene preferencia por escribirlo, busca el tuyo propio, pero no dejes de guardar ese espacio, sus réditos son incalculables, y, sobre todo, replicables.

Así es que, gracias a esta valiosa experiencia con mi amigo Hiro, te puedo invitar a tener apertura para compartir y aprender, enfocarte en el siguiente paso de tu desafío, y reflexionar de lo que aprendes. Yo ya apliqué las 3 lecciones justo al escribir esta entrada de blog.

¡Felices iteraciones de kata de mejora!

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